Las autoridades sostienen que esta propuesta promete una verdadera revolución a la actividad turística y recreativa en la ciudad, teniendo en cuenta que lo que hace especial a este lugar es la vista: “no hay otro punto en la Ciudad desde donde se pueda ver la ciudad de Buenos Aires así” advierten con seguridad y el presagio hace sentido considerando una ubicación privilegiada en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio.
Como primera medida tras la inauguración oficial de las obras y durante el mes de mayo, mes en el que el Obelisco estará celebrando su 89° aniversario, la Ciudad llevará a cabo visitas guiadas gratuitas para los vecinos: las mismas se realizarán con cupo limitado, habiendo solicitado hace ya unos días a los interesados que se registraran previamente a través de un sitio web.
En paralelo y de cara a los próximos pasos a seguir para la puesta en valor de este ícono arquitectónico, el Ente de Turismo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (ENTUR) ya se encuentra trabajando en un proceso licitatorio para la operación del mirador, que incluirá también una propuesta museográfica.
Según han indicado desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al Obelisco se ingresa desde la Plaza de la República y se accede al ascensor a través de 8 escalones.
Se trata de un ascensor que está sostenido mediante un sistema de anclajes y, de acuerdo con información oficial, en el espacio donde ha sido instalado se ha contemplado además una escalera metálica alrededor para casos de emergencia.
Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, precisó que el ascensor ha sido instalado “sin afectar en absoluto al monumento”: el personal a cargo de esta importante obra de puesta en valor de la construcción acondicionó instalaciones eléctricas y adaptó el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica, mientras que el ascensor entró por partes y se armó adentro.
Una vez que el ascensor llega a su punto de elevación máxima, los visitantes deberán subir otros 35 escalones para llegar finalmente al mirador: este es el espacio en donde se lucen las cuatro ventanas para disfrutar las vistas de la ciudad de Buenos Aires.
El Obelisco fue diseñado por el arquitecto Alberto Prebisch y construido en el año 1936, con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza y alzándose exactamente en el lugar donde se izó por primera vez la bandera nacional en la ciudad.
Originalmente estaba revestido con lajas de piedra blanca calcárea de Córdoba, que en 1939 fueron cambiadas por revoque porque algunas se desprendieron. Por su valor patrimonial, el Obelisco ha sido declarado Monumento Histórico Nacional, motivo por el cual se debe resguardar y preservar su exterior.
Según documentación oficial, el intendente De Vedia y Mitre, en una carta del 4 de mayo de 1936 dirigida al doctor Ramón S. Castillo, interinamente a cargo del Ministerio del Interior de la Nación, afirmó: "Existe el propósito de dotarlo de un ascensor interno que permita el del pueblo a la cúspide del monumento".