¿Alguna vez te preguntaste qué sucede con todos esos restos de alimentos y desechos orgánicos que tirás a la basura? Bueno, dejanos decirte que tenés en tus manos la oportunidad de convertirlos en algo valioso. ¿Cómo? Haciendo compost en casa. ¡Así es! En este artículo, te mostraremos cómo podés convertir tus desechos en un fertilizante natural y beneficioso para tu jardín o tus plantas de interior.
Y si todavía no estás convencido/a de adoptar esta práctica, dejanos contarte que son todos beneficios:
El compostaje es un proceso natural y sencillo en el que los microorganismos descomponen la materia orgánica y la transforman en un material rico en nutrientes llamado compost. Para empezar a transitar este mundo, lo único que vas a necesitar es un contenedor de compost, que puede ser tan simple como un recipiente grande o una caja de madera.
Luego, solo hay que empezar a separar los residuos.
El compostaje en casa es una actividad divertida y educativa para toda la familia. Incluso es importante involucrar a los niños en el proceso para enseñarles la importancia de reducir, reutilizar y reciclar. Y no solo es una actividad para aquellos con jardines grandes, también se puede hacer en espacios pequeños como balcones o incluso en interiores. Para esta última opción es recomendable que se utilice lombrices para descomponer los desechos, ya que evitaremos olores fuertes.
Una vez que agregás tus desechos orgánicos al contenedor, los descomponedores entran en acción. Estos diminutos héroes, como bacterias y hongos, se deleitan con tu basura y comienzan a descomponerla. Es como una fiesta en miniatura en la que estos organismos trabajan arduamente para descomponer los restos de comida, las hojas secas y otros materiales orgánicos para transformarlos en nutrientes.
Para que la fiesta de los descomponedores sea exitosa, es fundamental mantener un equilibrio adecuado en el contenedor. Esto significa que debe haber una mezcla equilibrada de materiales "verdes" y "marrones". Los materiales verdes son ricos en nitrógeno, como restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo y posos de café. Los materiales marrones, en cambio, son ricos en carbono y proporcionan estructura, como hojas secas, papel triturado y ramas pequeñas.
Una vez que creaste la mezcla perfecta en tu contenedor de compost, debes ser paciente. El proceso de descomposición lleva tiempo y durante este período, hay que mantener el compost húmedo y girarlo ocasionalmente para proporcionar oxígeno a los descomponedores. Si sos constante, serás recompensado con un compost oscuro y rico, listo para nutrir tus plantas.
¿Cómo saber si está listo? Generalmente demora cerca de 6 meses, o más dependiendo de los desechos que le agreguemos. Tendrá una apariencia similar a la tierra, con una textura suelta y oscura y sin trozos de materia orgánica sin descomponer. Su olor será fresco y agradable, similar al que sentimos cuando ingresamos a un bosque.
Así que no esperes más, ¡manos a la obra y comenzá a hacer compost en casa! Tus plantas te lo agradecerán y estarás contribuyendo al cuidado del medio ambiente de una manera divertida y satisfactoria. ¡Cada pequeño paso cuenta en la construcción de un mundo más verde y sostenible!