La ciudad sudafricana de Durban intenta volver a la normalidad tras las históricas lluvias e inundaciones repentinas que dejaron al menos 59 muertos.
"Algunas zonas de KwaZulu-Natal han recibido más del doble de las precipitaciones máximas registradas durante las anteriores lluvias récord", dijo a la AFP Hannelee Doubell, portavoz del servicio meteorológico.
Las lluvias torrenciales inundaron varias zonas, destruyeron casas y arrasaron infraestructuras en toda la ciudad, al tiempo que los deslizamientos de tierra obligaron a suspender servicios ferroviarios.
Las lluvias anegaron las calles, donde solo se veía la parte superior de los semáforos. Los torrentes destrozaron además varios puentes, sumergieron automóviles y derrumbaron casas. Se estima que más de 2.000 casas y 4.000 viviendas "informales", o chabolas, resultaron dañadas.
Se espera que el presidente Cyril Ramaphosa, que visitará Durban este miércoles 13, declare el estado de cat��strofe tras el desastre que, según el gobierno provincial, "causó un caos incalculable y provocó grandes daños en vidas e infraestructuras".
"Se trata de una trágica factura de la fuerza de la naturaleza y esta situación exige una respuesta eficaz por parte del gobierno", dijo Ramaphosa el martes.