No lo podemos ver, pero definitivamente lo podemos sentir. Esto se debe a que el aire está compuesto por una mezcla de gases - principalmente nitrógeno y oxígeno- que tienen una densidad. Es decir que tiene una masa que ocupa un espacio, y por lo tanto, se pueden trasladar. El desplazamiento del aire de un lugar a otro es lo que llamamos viento.
Estos gases son incoloros, es decir que no tienen color y no los vemos. Pero, ¿por qué lo sentimos? Porque el aire es un fluido como el agua. En el caso del aire hay tan poca masa en un espacio tan grande, que su densidad es mil veces menor. Es decir, las moléculas del aire están mil veces más separadas entre ellas que las del agua y por eso se percibe distinto.
Pero cuando el aire se mueve y se convierte en viento, muchas partículas se estrellan contra nosotros en muy poco tiempo y nos empujan tratando de pasar. Algo similar percibimos cuando nos movemos rápido y nuestra piel choca con muchas partículas que encuentra en el camino en solo unos segundos, Lo que sentimos es la fuerza del aire que se resiste a quitarse.
El viento se origina porque la densidad del aire cambia debido a las temperaturas. Cuando el Sol lo calienta, el aire se hace menos denso, las partículas se separan y se vuelve más liviano, entonces empieza a subir hacia las nubes. Pero al llegar tan arriba se enfría, se vuelve más denso, y sus partículas vuelven a juntarse. Entonces, su propio peso lo lleva nuevamente hacia la superficie donde el Sol puede calentarlo otra vez para que el proceso se repita. Como el aire que estaba cerca del suelo asciende, el aire de los alrededores se mueve para llenar el espacio que queda libre, dando origen al viento.
Algunos vientos resultan tan peculiares que reciben su propio nombre. Tan sólo en japonés antiguo hay más de dos mil palabras para dar nombre. Nos sería imposible nombrarlos todos, pero acá va una pequeña lista
Los Argentinos:
En el resto del mundo: